Título

El Hombre Muralla deteniendo una bola de cañón. ES.462508.ADPV/Carteles de circo/ IX.1, caja 30, legajo 88.01

Galería

Gran esposición [sic] de fieras. 1876. ES.462508.ADPV/Carteles de circo/ IX.1 caja 29, legajo 87.01
Carta de Luis Bordas a Manuel Calvo el 30 de abril de 1859 sobre disponibilidad de la Plaza de Toros de Valencia. 1859. ES.462508.ADPV/Carteles de circo/ IX. 1 caja 18, legajo 72
El Hombre Muralla deteniendo una bola de cañón. ES.462508.ADPV/Carteles de circo/ IX.1, caja 30, legajo 88.01
Ejercicio sobre la cuerda de Mme. Saqui. 1846. ES.462508.ADPV/Carteles de circo/ IX.1 caja 11, legajo 56

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Carteles de circo

El rey Felipe II concedió en 1582 al Hospital General el privilegio del monopolio de las representaciones escénicas de todo tipo en la ciudad de Valencia.

1822 - 1906
400 ud.
ES.462508.ADPV / Colección Carteles de circo

La plaza de toros, era el recinto mejor preparado y capaz de toda la ciudad de Valencia para acoger espectáculos relacionados con el ámbito del circo. La Junta del Hospital poseía el derecho de explotación sobre ésta y entre sus claúsulas figuraba la obligación de entregar parte de la recaudación a beneficio del Hospital General, por privilegio real concedido a éste el 15 de septiembre de 1582, que le otorgaba el monopolio de poseer un local apto para las representaciones dramáticas. En Valencia actuaron las principales compañías y las figuras más relevantes del momento en el panorama circense internacional: la compañía de los árabes argelinos Beni-Zoug-Zoug, que actuaron en Valencia en 1871, 1876 y 1879; Nicolás Albertini "el hombre muralla"; Mr. Guillot, etc.

Todos estos artistas fueron protagonistas indiscutibles en la escena circense valenciana del XIX y sus nombres destacaron en los carteles de circo que fueron editados en las imprentas de la ciudad. Los casi 400 carteles que sobre la temática del circo cubren un espacio cronológico que va desde 1822 hasta 1906.

Los primeros carteles del circo moderno en Valencia se caracterizaron por la ausencia de ilustraciones, siendo también frecuente en esta primera época los carteles con imágenes xilográficas carentes de texto, que representaban a grandes figuras de la escena circense internacional. Con el tiempo, las imágenes se convirtieron en el reclamo más convincente para ilustrar las ascensiones de los aeronautas en globo, el exotismo de los árabes argelinos con sus vistosas indumentarias, el coraje del hombre-muralla parando una bala a diez metros de distancia etc. Aún así, la palabra escrita nunca dejó de ocupar un lugar protagónico en los carteles de circo.